sábado, 24 de diciembre de 2011

Editar la realidad



“A partir del momento en que la imagen deviene en sí misma una historia es cuando aparece realmente el fotoperiodismo” .

Bien sea como acompañante de texto, como recurso publicitario, o como noticia, la fotografía en los periódicos ha sido considerada de muchas maneras; estas perspectivas han marcado, desde la aparición del daguerrotipo hasta la actualidad, la concepción y las formas de hacer periodismo.
Con una mirada particular y diferente de las otras, los sucesos del mundo son capturados por un sinnúmero de obturadores que conforman la narrativa visual de los medios de comunicación, generando opinión social; la significación individual y colectiva de dichos acontecimientos.
De esta manera, tanto creación como interpretación, son puntos claves en el establecimiento de la imagen informativa por sí misma. Los fotorreporteros y sus públicos han construido una sociedad en la que los encuadres se hacen el reflejo concreto del entorno, logrando contar historias, haciendo explícito el mundo que las palabras se esfuerzan por exhibir. Para quienes toman fotografías con el ánimo de informar, la imagen se convierte en la carta de representación de la realidad, exigiéndoles pensar el mundo fotográficamente.
La guerra por ejemplo, ha sido uno de los tantos hechos significativos para la humanidad, contado por medio de imágenes. Desde la movilización más inofensiva, hasta el intento de destrucción de toda una estirpe social, las coyunturas de los seres humanos han gozado de un cubrimiento fotográfico rico en drama y narrativa. Sin embargo, el fenómeno de registrar y mostrar la realidad exige un tratamiento especial.
Si bien este ejercicio define una vigilancia permanente del mundo, como función principal de su padre: el periodismo, abordar el acontecer humano con fines informativos es una actividad que varía de acuerdo a la moral, el objetivo y la mentalidad de quien obtura. Por esta razón, las imágenes periodísticas tendrán que alcanzar un sentido y una función específica a la hora de publicarse.
Y ya lo dijo el fotógrafo de la Magnum Photo Agency, James Natchwey, “Mientras el hombre se hace cada vez más civilizado, los medios de que dispone para destruir a sus semejantes se hacen eficientes, crueles y devastadores. ¿Es posible poner fin a esta conducta humana, que se mantuvo a lo largo de la Historia, mediante la fotografía? Las posibilidades de que esto ocurra parecen ridículas. Aún así, es la única idea que me motiva” .

Es en la función pacificadora, en la mirada de lo social, en la sensibilización de la indiferencia de las personas, en donde la fotografía periodística alcanza su definición. Es bajo ese significante, de la forma en que la subjetividad de cada fotógrafo logra convertirse en el “camino para” y no precisamente en “el fin”. Así, la búsqueda de la verdad, misión principal del periodismo, se traduce en narrativas visuales que no fuerzan la realidad para que reaccione ante la cámara, sino que fuerza a la cámara para que cuestione dicha realidad.

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