domingo, 18 de diciembre de 2011

Fotografía periodística: Amalgama del mundo y del ser humano


Mateo Jurado Tabares
Universidad de Antioquia Seccional Oriente


Tratar de ser lo más objetivo posible (a pesar de que sea una utopía) es la premisa que identifica la profesión periodística; cobija desde la redacción de un texto seco y frío como la noticia, hasta la captura de una imagen por medio de una cámara fotográfica. Sin embargo, hablar de objetividad es remitirse a la separación de las cosas del pensar o del sentir, y estos, son elementos que nunca serán independientes de los seres humanos.
Así pues, la objetividad es la meta ubicada en la punta de la montaña de esta profesión como un punto de llegada que ninguno alcanzará. Pero a través de los años han sido muchos los que se han dedicado a tratar de reconstruir sucesos y plasmar retratos cercanos a la realidad que puedan servir como registro y memoria del diario acontecer.
La fotografía y su evolución, por ejemplo, encarnan esa necesidad humana de capturar sus vivencias, de guardar registro de ellas y hacer que perduren en el tiempo como elementos que hablen del pasado. Y está claro que la fotografía no es ni podrá ser objetiva en la medida en que es el resultado del pensar y del sentir de alguien. No obstante, tal como lo plantea Camilo George en Haciendo la historia en imágenes. Los inicios de la reportería gráfica en Colombia, la fotografía es un registro que la sociedad acepta como prueba.
Leticia Núñez Hernández en Un paseo por los inicios del periodismo mundial, plantea que la imagen en la prensa es el reflejo concreto del mundo que cada uno habita. Pero ¿qué tan creíble puede llegar a ser esta premisa si tenemos en cuenta que “no vemos las cosas tal cual son sino tal cual nos parece que son” y en esta misma medida retratamos las imágenes? La respuesta bien podría ser que a pesar de que nuestra visión es totalmente subjetiva frente a las cosas que se nos presentan, la imagen que resulta de la fotografía es fiel a lo que estaba enfocado. Sin embargo, la fotografía es una composición; ¿acaso con una imagen fotográfica capturamos la realidad, esa realidad objetiva que tanto se anhela?
Una foto en la prensa, siguiendo el concepto de Núñez, representa el mundo de cada uno, es interpretada por cada uno y transmite un mensaje diferente a cada uno, cuestiona la realidad desde el momento mismo en que el fotógrafo decide capturar X y no Y cosa.
Uno de los criterios de aceptación de la fotografía en la prensa radica en que convierte a los lectores en testigos de los sucesos. Para lograr esto, el reportero gráfico debe tomar partido, identificar cuál es el mensaje que quiere tratar de transmitir y, simultáneamente, obturar. “La misión básica del fotógrafo es la de reproducir en imagen aquella percepción visual que se ha construido en su cerebro tras un proceso de interpretación subjetiva de estímulos y sensaciones” . Las fotografías, por decirlo de alguna manera, son una extensión material del pensamiento del fotógrafo.
Cuando Colón descubrió América y los españoles empezaron a contar y a describir las experiencias vividas dentro de este nuevo territorio, solo personas honestas, con una moral intachable y un grado de educación significativo hacían las veces de cronistas; esta hoja de vida representaba la credibilidad de los relatos. Así mismo, el fotógrafo de prensa debe estar preparado para que su posición a la hora de retratar una imagen, su perspectiva frente a la realidad sea útil para la cantidad de personas que apreciarán su foto.
“(…) en la vida el descubrimiento de uno mismo se da generalmente al mismo tiempo que el descubrimiento del mundo que nos rodea, el cual, si bien puede modelarnos, también puede ser modificado por nosotros. Debe establecerse un equilibrio entre estos dos mundos –el que está en nuestro interior y el que está afuera–. Como resultado de un proceso dialéctico constante, estos dos mundos llegan a conformar uno solo. Y éste es el mundo que debemos comunicar” .

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